viernes, 18 de noviembre de 2016

El pensamiento antropológico de Alemán

El pensamiento antropológico de Alemán

Concluida su larga formación de más de 15 años en la segunda mitad de la década de los años 1960, y con un doctorado en economía, a Alemán aún le quedaba por descubrir que la realidad siempre es mucho más rica que cualquier concepto o teoría.
FernandoFerran - 12 de noviembre de 2016 - 7:00 pm -  1
http://acento.com.do/2016/cultura/8400873-pensamiento-antropologico-aleman/


SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Considero que el Padre José Luis Alemán (1928-2007), como mucho antes que él santo Tomás Moro, es un hombre de su tiempo y para todos los tiempos. Esa virtud se demuestra no solamente en su obra como economista, sino muy en especial en un ámbito más desconocido de su amplia labor pedagógica; a saber, sus intuiciones críticas sobre la sociedad dominicana.
Realidades constitutivas de la historia social dominicana
Concluida su larga formación de más de 15 años en la segunda mitad de la década de los años 1960, y con un doctorado en economía, a Alemán aún le quedaba por descubrir que la realidad siempre es mucho más rica que cualquier concepto o teoría.
Ese descubrimiento lo realizó en la República Dominicana, donde residió a partir de 1966, cuando fue puesto al frente del Centro de Investigación y Acción Social de la Compañía de Jesús y, desde el año 1968 hasta su muerte en 2007, mientras se mantuvo relacionado con la otrora Universidad Católica Madre y Maestra, hoy Pontificia.
Como primera aproximación a la inconmensurable realidad que pretendía explorar, Alemán se valió de la historia y de otras disciplinas sociales para discernir el comportamiento humano y contextualizarlo.
Entresacados –textualmente– de entre cientos de sus conferencias, artículos de prensa y de seminarios, quedan estos “fulgurazos”, como diría hoy día Andrés L. Mateos, respecto a la realidad dominicana.
Patrones de comportamiento cultural heredados
  • La sociedad hatera de la época colonial y luego en la primera república da sentido original a la realidad económica dominicana y representa un benigno tipo ideal de explotación paternalista. Con su típica relación de amos/esclavos y peones, esa sociedad ilustra la “poltronería” (Sánchez Valverde) que los colonos franceses del lado occidental de la isla endilgaban en tiempos coloniales a los criollos.
  • El sistema de campesinos minifundistas, impuesto por Petion en Haití y en el este de la isla a fin de contar con tierra para repartir, encuentra su caja de resonancia en el campesinado cibaeño con su producción de tabaco negro para andullos y para exportación. Los antiguos peones del hato se beneficiaron con la asignación de minifundios y se dedicaron a la agricultura de subsistencia y no para el mercado. Sus diversiones, ritos y costumbres no podían ser controlados ni por el Estado, ni por la Iglesia Católica (moral natural, más que canónica). La solidaridad era familiar y local, no nacional.
  • La economía azucarera y las reglas de los mercados laboral y financiero comenzaron a imponerse a la autonomía y al modo de vida campesino a partir de la sexta década del siglo pasado. La economía del trueque casual y sin dinero, pero llena de artimañas y enemiga de reglas generales perdió terreno ante el avance de la propiedad privada de la tierra y la medida monetaria. Comenzó así un período de acumulación del gran capital, mientras que buena parte del campesinado devenía bracero en las fincas azucaras y, al igual que la mano de obra extranjera traída adicionalmente para labores de corte y alza de la caña de azúcar, sobreexplotado.
  • La inseguridad nacional dio pie al predominio de una ideología en contradicción con el destino nacional. Santana, Báez y otros tantos vieron en la anexión a España, Francia o los Estados Unidos, una conditio sine qua non para el progreso y la paz interna del país. Había que resguardarse de las amenazas de los gobernantes en Haití y de las rebatiñas internas en el país. Otra cosa defendieron los admiradores del campesinado cibaeño, por ejemplo Bonó. A la postre, los amigos de la modernidad y del progreso se impusieron. Aducían que, sin la incorporación de la economía a los mercados internacionales, no habría progreso y el país seguiría siendo una gran gallera repleta de una población indolente, jugadora, inculta y desnutrida, dominada por caudillos y herederos de los hateros de antaño.
  • En la práctica, chocaron dos concepciones políticas entre sí. De un lado, el gobierno civil durante la Restauración, integrado por personalidades como Benigno Filomeno Rojas, Ulises Francisco Espaillat, Pedro Francisco Bonó, Pepillo Salcedo y Gaspar Polanco que contaban con un proyecto nacional de democracia sajona y de liberalismo económico. Del otro lado, la guerra restauradora la dirigían hombres nuevos sin galas intelectuales, pero osados y a veces sanguinarios: Ulises Heraux, Florentino, Luperón. Estos no tenían un proyecto nacional, aunque sí ambiciones de poder regional.
  • El choque de ambos grupos condujo a un Estado autoritario, financieramente endeble y dependiente de préstamos propiciados entre otros por inmigrantes como Vicini, Batlle, Puente y Marchena, quienes aumentaron su riqueza mediante negocios con los gobernantes de turno.
  • Antes y después de la primera intervención estadounidense, con su control de las aduanas nacionales, los sucesivos gobiernos dominicanos se acostumbraron a otorgar beneficios tales tierras, obras públicas y empleos, a sus partidarios; y para sustentar sus respectivas bases de poder ´clientelista´, a endeudarse.
  • El poder político terminó en manos de Trujillo cuyo régimen despótico concentró en su persona el poder económico, el político, el social y el ideológico. El proclamado jefe y generalísimo no dudó en ejercer ese poder y a la fuerza, de manera cruenta, logró la eliminación de caudillos regionales y la pacificación del territorio nacional; la delimitación de la frontera terrestre de la nación; el supuesto rescate de las aduanas y la institucionalización de la moneda y de un renovado orden financiero nacional; una nueva modalidad de acumulación primitiva en función de expropiaciones de tierras y empresas industriales y agroindustriales; cierta movilidad social, particularmente en los estamentos estatales, en función de lealtades a su persona; y la conformación de un Estado político en control de su territorio, dotado de nuevos códigos legales y de un más eficiente aparato burocrático. Todo lo cual, engalanado por faraónicas obras públicas, auparon el culto a su persona hasta confundirla con el sentimiento patrio. Esa forma de institucionalizar la vida nacional no pasó de ser un fiel reflejo de la voluntad omnímoda del supuesto benefactor y dictador de la patria nueva.
Patrones de comportamiento contemporáneos
  • Tras el tiranicidio, el relevo recae en una mesa coja de tres patas en las que, debida excepción del momento de la Revolución de Abril del 65, intercambian poder político gobernantes y empresarios, con la reservada bendición de la jerarquía católica. En ese contexto,siempre según Alemán, se acabó de imponer la falta de institucionalidad en el país.
  • Se sucedieron las exoneraciones de impuestos y las facilidades crediticias, además de componendas con el Poder Ejecutivo, en beneficio de grandes empresarios. El proteccionismo industrial encarnado en la Ley 299, y la benignidad ante excesivas “indelicadezas empresariales”, favorecieron nuevas inversiones que no fomentaron el espíritu de iniciativa y la aceptación de riesgos. Los inversionistas se acostumbraron así a exigir contratos y garantías leoninas, mientras que el empresario nacional pasó a depender de garantías proteccionistas y el Estado resultó privado de ingresos indispensables para las inversiones sociales.
Pensamiento crítico
Esas afirmaciones y otras tantas constituyen una certera intuición de la realidad dominicana en la que el Padre Alemán vino a desarrollar su actividad académica. Gracias a ella, su dominio de disciplinas como la economía o la teología, por decir sólo algunas, no se agotan en sí mismas y le aseguraron una perspectiva más amplia y comprehensiva.En particular gracias a los axiomas que sustentaron su pensamiento crítico a la hora de analizar los dilemas que la sociedad dominicana enfrenta. Sobre éstos volveremos en una próxima entrega.
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Desaparición de Henry Segarra Santos en los doce años de Balaguer

http://acento.com.do/2016/cultura/8402371-desaparicion-henry-segarra-santos-los-doce-anos-balaguer/

Desaparición de Henry Segarra Santos en los doce años de Balaguer

Posteriormente, el Poder Ejecutivo tomó la decisión de nombrar al general Rafael Guillermo Guzmán Acosta como jefe de la Policía en sustitución del general Joaquín A. Méndez Lara, el 27 de septiembre.
AlejandroPaulino Ramos - 18 de noviembre de 2016 - 6:00 am -  3
Foto: Henry Segarra Santos con su hijo Flavio Enrique
Con apenas 25 años de edad, Henry Segarra Santos, conocido dentro del Movimiento Popular Dominicano como “Enrique” y a quien Maximiliano Gómez llamaba “El monstruo proletario”,  fue desaparecido para siempre el 25 de julio de 1969, en el primer cuatrienio de los “Doce años de Balaguer.  De “color indio” y cara ovalada, tenía los ojos y el pelo negros. Hijo del obrero cubano, nacionalizado dominicano, Vicente Segarra Pérez y Ernestina de los Santos, nació en Santiago de los Caballeros el 4 de septiembre de 1944. 
Las autoridades lo señalaban como  vinculado al MPD desde los 16 años de edad, cuando ese partido de izquierda abrió su local en la avenida José Trujillo Valdez (hoy avenida Duarte), casi esquina avenida Mella, en 1960. Estudió en la “Escuela Peritos Contadores Víctor Estrella Liz” y en el liceo Juan Pablo Duarte. Se le tiene entre los fundadores de la Unión de Estudiantes Revolucionarios (UER). Posterior a la Revolución de Abril se inscribió en el “Liceo Ulises Francisco Espaillat de Santiago”, de Santiago, donde fue apresado. De regreso a la capital, vivió en la calle Benito González.
Momento en que Gladys Gutierrez y miembros de la comision investigadora leian el letrero escrito por Henry Segarra
Momento en que Gladys Gutierrez y miembros de la comision investigadora leian el letrero escrito por Henry Segarra
Siendo dirigente del MPD, partido en que llegó a la condición de miembro del Comité Central, intentó salir del país para viajar hacia Cuba; pero fue  apresado en el aeropuerto internacional de Punta Caucedo, junto a otros compañeros, después de abordar un vuelo de la línea Panamerican que lo llevaría hacia Nueva York, el 15 de enero de 1967. Acompañado de Jorge (Jorgito) Puello Soriano y Pedro Cruz Sandoval, se dirigía a Paris, Francia, para desde allí ingresar a Cuba llevando documentos que el MPD enviaba a los partidos comunistas y gobiernos de China, Corea del Norte, Vietnam y Cuba. Su detención mereció un extenso discurso del presidente Joaquín Balaguer la noche del sábado 4 de febrero de 1967, utilizado para denunciar los planes de los partidos de izquierda, que de acuerdo al gobierno buscaban desestabilizar la paz pública a través de la insurrección armada, con apoyo internacional.
En aquella ocasión, la policía preparó un documento en que se detallaba la vida política de Segarra Santos. Se indicaba que había tenido relaciones con el Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4), vinculado al grupo de Raúl Cabrera, pero que su actividad política la desarrollaba en el MPD y era miembro de una célula de ese partido en la barriada de Villa Duarte.
Herido el 12 de julio de 1965, durante la guerra de Abril, portaba documentación falsificada a nombre de un tal Luis Adolfo de los Santos, con la que se movilizaba por todo el país. En julio de 1966 fue apresado mientras distribuía propaganda política del MPD. La policía lo acusaba de ser el responsable de la muerte de dos soldados norteamericanos miembros de la Fuerza Interamericana de Paz (FIP), dentro del local de la “Lavandería Presidente”.
A principios de septiembre de 1968 estuvo preso en la ciudad de La Vega, acusado de posesión de armas de guerra, en un expediente en el que también figuraban Otto Morales y Maximiliano Gómez (El Moreno). En esa situación, fue víctima de una acusación con la que se buscaba desprestigiarlo políticamente, hecha por la policía y corroborada por el dirigente de izquierda Caonabo Elpidio Jorge Tavarez quien, luego de dividir al MPD, formó la agrupación Voz Proletaria, de la que fue su secretario general. Tres meses después, “Juanito Voz Proletaria” confesó, estando en cautiverio, que el agente infiltrado en la izquierda, realmente lo era él.
En un extenso escrito con el título de “El caso Henry y la agresión a los camaradas Riverita y Fusil”, aparecido como editorial en el periódico de la agrupación “Voz Proletaria” del 30 de septiembre de 1968, Juanito “El Lagarto”, como también llamaban a Caonabo Jorge,  dijo que era cierto que Segarra era un agente infiltrado en la alta dirección del MPD, lo que fue negado por esa agrupación y por el propio Segarra, en  septiembre de 1968. Henry también dijo, que la acusación era una invención de Báez Mariñez, jefe del Servicio Secreto, quien era uno de los principales de un “Servicio de Seguridad” que operaba en el Palacio Nacional y que fue desintegrado por decreto del doctor Balaguer, en diciembre de 1968.
Henry Segarra golpeado en la Policia
Henry Segarra golpeado en la Policia
En aquella ocasión, “El Lagarto” se refirió a la versión dada por la policía a la prensa, de que Henry había sido uno de sus colaboradores. A  ese respecto, dijo lo siguiente: “Recientemente el Servicio Secreto de la Policía Nacional, instrumento represivo (….), ha declarado que el dirigente del CC del MPD Henry Segarra fue considerado en el pasado como amigo condicional de ese Departamento. Ante tal afirmación emanada de ese instrumento represivo es deber de cada revolucionario dominicano analizar con sumo detenimiento el carácter de esta declaración así como la naturaleza y actitud, pasada y presente del Henry Segarra”. También dijo Juanito, que la acusación de la policía se había producido  como cortina de humo, temerosa ellos de que descubrieran al verdadero agente infiltrado. La acusación contra Henry era, evidentemente, parte de un plan elaborado por Juanito junto a la policía, para cubrir su propia condición de espía. 
Tres meses después de la abusiva imputación hecha contra el dirigente del MPD, en diciembre de 1968, Juanito fue detectado y tomado como prisionero por su propio partido Voz Proletaria,  del que era su  Secretario General. Sometido a interrogatorio mientras era mantenido en cautiverio, confesó sus vínculos con los organismos de seguridad y de ser el agente infiltrado dentro de la dirección del MPD y luego en Voz Proletaria, lo que exculpó  a Henry Segarra de las inculpaciones que Juanito había lanzado como “cortina de humo”.  En los días finales de diciembre, el confeso espía fue fusilado por sus propios compañeros, acusado de alta traición.
Henry Segarra, luego de ser liberado tras cumplir la pena de tres meses a que fue condenado por un tribunal de La Vega,  se integró a las actividades políticas clandestinas de su partido. En esa condición, se trasladó desde Santiago hasta la comunidad de Dajabón para dar seguimiento a los trabajos que se venían desarrollando en la zona, de resistencia contra la política represiva del régimen de Balaguer, siendo detectado y apresado  por las autoridades de la localidad.
De acuerdo al periodista Antonio Espinal, del periódico El Nacional, Segarra Santos fue detenido por “individuos vestidos de militares”, siendo el comandante de la dotación del Ejercito el coronel José Demetrio Almonte Mayer.  Gladys Gutiérrez, con quien Segarra había procreado un hijo, denunció el 2 de agosto que su esposo había sido  detenido en la ciudad fronteriza. Un día después, el 3 de agosto, el MPD dijo a la prensa que a su dirigente lo apresaron en la referida localidad, pero que desde allí fue trasladado al Palacio de la Policía Nacional, de donde fue desaparecido para siempre.
La noticia de la suerte corrida por Segarra Santos y el precedente de la desaparición del doctor Guido Gil, alarmó la opinión pública que presionó para que el gobierno esclareciera el hecho, obligando a que se iniciara una investigación con el fin de dar con su paradero y  con la que las autoridades trataban de exonerar al gobierno de lo que posiblemente ellos sabían  le había ocurrido al militante político de izquierda, que era su muerte. La policía llegó a decir que el emepedeista había cruzado la frontera y que desde Haití se trasladó a la isla de Cuba, lo que fue desmentido por sus familiares y compañeros.
Deportacion de Gladys Gutierrez
Deportacion de Gladys Gutierrez
El gobierno designó una comisión encabezada por Rafael Goico Morales, quien era el Procurador General de la República, la que se trasladó a Dajabón para indagar lo ocurrido. Junto a la comisión también viajó la señora Gladys Gutiérrez, quien encontró una frase escrita en la pared de una celda de la cárcel del Ejercito, en que se podía leer:  “Muero sin ser libre, Gladys, tu sabes por qué muero. Esto es para hombres. Donde hay lucha, hay sacrificio”.
La comisión interrogó a varios de los  detenidos en la referida cárcel y en las celdas del Palacio de la Policía. Algunos afirmaron que habían visto al dirigente comunista. Uno de ellos, Manuel de Jesús Nin, que era militante del MPD de la ciudad de Barahona, aseguró que vio a Henry en una celda del Servicio Secreto, en el palacio policial, de donde lo sacaron para llevarlo a la cárcel de La Victoria. Meses después, este testigo fue baleado por desconocido mientras se encontraba en su casa en la ciudad de Barahona.
Otro de los investigados, Luis Radhamés Pérez Medina, atestiguó que él estuvo preso junto a Henry en la ciudad de Dajabón  y que fue él quien prestó el lápiz con el que el izquierdista escribió el letrero encontrado por su esposa. También dijo haberlo visto Ramón Antonio Torres, conocido como Víctor Mature. Las pesquisas  fueron hechas por el doctor Víctor C. Lemoine, fiscal de Dajabón, quien por instrucción del Procurador de la República interrogó a varios militares, pero no hubo forma creíble de llegar a la verdad sobre lo ocurrido.
En cuanto a la investigación realizada por la Policía y por las Fuerzas Armadas, estas tampoco dieron resultados: El 23 de agosto el Jefe de estado Mayor de las Fuerzas Armadas se dirigió al Comandante de la Tercera Brigada de San Juan de la Maguana, pidiéndole investigar “personalmente sobre lo que hay de cierto en los rumores dados a conocer por medio del periódico El Caribe de hoy en su página 3ra. de que existe un hombre encerrado en una de las cerdas solitarias de la Fortaleza Jimaní, quien se presume sea dirigente comunista Henrry Segarra Santos, el cual será enviado Haití para que sea eliminado” .
Dos días después, el alto oficial respondió al Jefe del Estado Mayor: “Respetuosamente infórmele que en cumplimiento al mensaje de referencia, me trasladé a la ciudad de Jimaní, donde acompañado del Oficial Comandante 25ta. Cía., E.N. Capitán Julio Máximo Ramón Solano Hernández, E.N., y otros oficiales de dicha organización, procedí a inspeccionar la celda solitaria de la Cárcel Pública de allí, en busca de algún recluso que se encontrara recluido en la misma, no habiendo encontrado ni al Dirigente Comunista Henrry Segarra Santos ni a ningún otro recluso en dicha celda solitaria”.
El espia Juanito El Lagarto, mientras era interrogado por sus captores.
El espia Juanito El Lagarto, mientras era interrogado por sus captores.
La situación de indefinición a que llegó el caso del dirigente del MPD, produjo movilizaciones estudiantiles en varios puntos del país, y el permanente reclamo de que el dirigente comunista apareciera con vida, como lo demuestra una comunicación del comandante de la policía de San Cristóbal al Jefe de la Policía, del 13 de septiembre,  en la que se puede leer:
“Informe confidencial. 1.- Respetuosamente tengo a bien llevar al elevado conocimiento de esa Jefatura de la Policía Nacional, que en la mañana de ayer mientras departía con una joven amiga en el parque central de esta ciudad, quién reside en Santo Domingo y me pidió no revelara su nombre, ésta me manifestó que cursa estudio en el tercer año de derecho en la UASD y que a pesar de que ella no es comunista allí se hace pasar como que lo es y a veces se ve en la obligación de participar en manifestaciones de esta índole, y que últimamente ha asistido en dicho centro de estudio a varias reuniones de las altas autoridades estudiantiles y se ha acordado tan pronto se comiencen las clases, explotar políticamente la desaparición del dirigente comunista HENRY SEGARRA, que para ellos se efectuarán mítines y micro mítines en la capital y en el interior del País, que se harán piquetes, marchas y movilizarán todos los Organismos Nacionales, que terminen en desórdenes callejeros y perturbar de esta manera el clima electoral y propiciar la caída del Gobierno y la no reelección del Dr. Joaquín Balaguer, ya que ellos entienden que es la única persona a vencer, y que los otros Líderes Políticos son marionetas para ellos. 2. De igual manera me permito a rendir el presente informe confidencial, con ruegos de que el mismo se estudie a fin de contrarrestar a su oportunidad lo prometido por los comunistas en sus reuniones efectuadas”.
Documento en que el jefe del estado mayor de la F.A. solicita investigacion
Documento en que el jefe del estado mayor de la F.A. solicita investigacion
Posteriormente, el Poder Ejecutivo tomó la decisión de nombrar al general Rafael Guillermo Guzmán Acosta como jefe de la Policía en sustitución del general Joaquín A. Méndez Lara, el 27 de septiembre. El nuevo jefe policial declaró a la prensa que él estaba seriamente comprometido con esclarecer la desaparición  de Henry Segarra, y pondría especial énfasis en el deseo de demostrarle a la señora de Segarra que el desaparecido dirigente comunista “no estaba ni ha estado” en la Policía. 
Con el tiempo, la desaparición de Henry Segarra fue quedando en el olvido, mientras nuevos jóvenes perdían la vida o eran igualmente desaparecidos por grupos paramilitares, quedando él  como símbolo de la práctica criminal y antidemocrática de desaparecer las personas por sus actividades oposicionistas. Sin embargo, Gladys Gutiérrez no cedió en sus reclamos exigiendo que apareciera su esposo, por lo que tuvo que sufrir cárcel y la deportación del país, condenada a vivir en el exilio junto a su hijo Flavio Enrique. Todavía el 2 de diciembre de 1972, la prensa trajo la noticia de que el presidente Balaguer le había solicitado que aceptara un cargo diplomático en el exterior como una forma de sacarla del país, lo que fue rechazado por ella, que seguía la lucha y presidia el Comité de  Familiares de los Muertos, Presos y Desaparecidos.
Gladys Gutiérrez falleció el 18 de junio del 2015, pero el cadáver de Henry Segarra nunca apareció para que se le pudiera darle cristiana sepultura. La misteriosa muerte del izquierdista quedó suspendida en la conciencia de los dominicanos, aunque el índice acusador de la historia pareció señalar al gobierno del doctor Joaquín Balaguer, como el único responsable de su lamentable muerte.